RESTOS DE UNA COSTILLA REVELAN PISTAS DEL ESTILO DE VIDA DE UN MISTERIOSO GRUPO HUMANO

Lo último sobre los denisovanos revela cómo se adaptaron a la meseta tibetana, un entorno desafiante a más de 3.200 metros de altura. Investigadores han descubierto cómo estos antiguos homínidos prosperaron, utilizando recursos animales para alimentarse y fabricar herramientas.

Un grupo de investigadores acaba de revelar nueva información sobre los denisovanos, un grupo de homínidos que está intrigando a la comunidad científica desde 2010. A pesar de lo poco que se sabe de ellos, se cree que fueron capaces de adaptarse a una amplia gama de entornos. Incluso, a algunos que pueden parecer muy difíciles para cualquier supervivencia, como lo es la cueva kárstica de Baishiya, en la meseta tibetana, a más de 3.200 metros de altura, donde el oxígeno es escaso y el clima es frío y seco.

En esa cueva se encontraron y analizaron restos denisovanos, incluyendo una mandíbula y ADN en sedimentos. Mediante técnicas como la zooarqueología y la proteómica, los investigadores lograron identificar incluso una costilla datada entre 48,000 y 32,000 años atrás como perteneciente a los denisovanos.

Para sobrevivir en esta meseta, los denisovanos hicieron un uso completo de los recursos animales disponibles. El análisis del conjunto de animales en la cueva mostró una predominancia de cabras y otros mamíferos grandes y pequeños. Mediante el procesamiento de estos animales, este grupo de homínidos utilizaba la carne, médula y pieles, además de fabricar herramientas con los huesos.

En la cueva, los huesos de animales se encontraron bien conservados y con pocas señales de daño por el clima, se puede leer en la investigación Se encontró evidencia de que roedores, carnívoros y seres humanos interactuaron con estos huesos. Los roedores dejaron marcas mínimas, mientras que los carnívoros dejaron algunas marcas de dientes.

Sin embargo, la mayoría de los huesos encontrados (casi el 19,3%) se observaron con marcas claras de que fueron modificados por humanos. Estas modificaciones incluyeron cortes y marcas de herramientas en huesos de animales como bisontes y grandes hienas, lo que indica, explica el estudio, que los denisovanos utilizaron estos animales para alimentarse, fabricar herramientas y otras necesidades, siendo ellos los principales responsables de la acumulación de huesos en esta cueva.

Esto muestra, dicen los científicos, cómo los denisovanos adaptaron su vida a la meseta tibetana, encontrando recursos estables en la cuenca de Ganjia, incluso durante cambios ambientales y climáticos difíciles. Conocer más de este grupo de homínidos es clave para la ciencia. A través de estudios genéticos, se ha descubierto que los humanos modernos, especialmente los que tienen ascendencia fuera de África, comparten algo de material genético con los denisovanos. Este legado genético se ha detectado principalmente en poblaciones del sureste asiático y Oceanía, sugiriendo que hubo cruces entre los denisovanos y los antepasados de estas poblaciones hace miles de años.

El estudio fue realizado conjuntamente por investigadores de la Universidad de Lanzhou, el Instituto de Investigación de la Meseta Tibetana de la Academia de Ciencias de China y algunas otras instituciones de todo el mundo. Zhang Dongju, uno de los investigadores de la Universidad de Lanzhou, le dijo Xinhua, la agencia estatal china, que el uso de todos estos recursos probablemente ayudó a sobrevivir a los denisovanos en la meseta durante al menos 100.000 años.

Los nuevos hallazgos plantean además preguntas muy interesantes, como la causa y el momento de la extinción de los denisovanos en la meseta tibetana, así como los orígenes de las firmas genéticas de los denisovanos en los humanos modernos, es decir, en qué momento pudo haber sucedido ese cruce.

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