INUNDADOS DE TURISTAS Y DE EUROS

Hasta hace unos lustros, el norte de Europa estaba boyante: en la Unión Europea los enfermos eran los países del sur: Portugal y Grecia (y en menor grado, Italia y España). Hoy, precisamente son esos cuatro países los que están arrastrando la locomotora económica del viejo continente, contribuyendo con el 25 % al 50 % del crecimiento de la Unión Europea. La dinámica del crecimiento en el sur tiene una clara explicación: el turismo. Para tener una idea de la magnitud de este sector, a los EE. UU., con 340 millones de habitantes, el turismo le genera US$190.000 millones. A la Unión Europea, con cerca de 450 millones de habitantes, el sector le genera anualmente algo más de 500.000 millones de euros. La generación de empleo es especialmente importante en los cuatro países del sur, dado que un altísimo porcentaje de la fuerza laboral no tiene ni siquiera diploma de bachiller. Según el WS Journal, en Portugal el porcentaje de esta población con estudios básicos es del 40 %; en Italia, el 37 %; en España, el 36 %, y en Grecia, el 20 %. El WSJ estima que cerca del 44 % de la población de Grecia está directa e indirectamente ligada al turismo.

El impacto económico del turismo en España, el país que más crece en la Unión, es monumental: el informe del Barómetro Turístico elaborado por Braintrust estima que los 91 millones de turistas que llegarán en 2024 le dejarán a la economía 125.000 millones de euros. Para la península, con 48 millones de habitantes, esta cifra representa más de 2.500 euros por habitante (en Colombia, la cifra que deja el turismo es de menos de US$200 por habitante).

Pero no todo es color de rosa con el turismo. Un reciente artículo de Semana señala que en Cracovia los habitantes sufren por algunos turistas que se comportan como “Tarzán en la selva, sin que nadie los moleste”. En algunos rincones de Mallorca son varios los incidentes en que turistas borrachos o drogados saltan a las piscinas desde los pisos altos de los hoteles o protagonizan ruidosas riñas en las calles o bares. Pero posiblemente el efecto menos deseado, aparte de la escasez de mano de obra en el campo, es el pronunciado encarecimiento del costo de la vida para los locales, especialmente el de la vivienda. Barcelona, con la finalidad de fomentar más la oferta de arriendo de vivienda a mediano y largo plazo, acaba de pasar una reglamentación prohibiendo a partir del 2028 el arriendo de pisos turísticos a corto plazo. Al afectar a más de 18.000 unidades, es una medida controvertida (y de dudosa legalidad) que pone en riesgo el modelo de Airbnb y similares.

Los economistas igualmente señalan que el turismo es una actividad cíclica, de baja productividad, que muchas veces es una talanquera para que el capital y la fuerza laboral migren hacia actividades de mayor valor agregado como la tecnología. Para desincentivar las hordas de turistas, las Islas Baleares y Venecia han implementado impuestos a los visitantes. No creo que estos tributos marchiten al sector en el sentido que los turistas, que llevan más de 2.500 años paseando por el Mediterráneo, con absoluta certeza seguirán haciéndolo dentro de 2.500 años.

Nota: por razones de vacaciones, esta columna no aparecerá en las próximas cuatro semanas.

2024-06-30T05:08:15Z dg43tfdfdgfd